| Este
ha sido un año de cambios en América Latina
con una docena de procesos electorales en la región
en un período de 12 meses. Muchos han dado resultados
sorprendentes, algunos inquietantes. Faltando poco más
de dos meses para terminar el año, aun faltan cuatro
elecciones, dos de ellas en segunda vuelta, que determinarán
que tanto Latinoamérica esta dispuesta a inclinarse
hacia la izquierda.
La inclinación hacia la izquierda no significa,
sin embargo, un retorno a la Guerra Fría. Eso ya
es cuestión del pasado, aunque hay quienes no se
han dado por enterados. La nueva izquierda latinoamericana
tiene una gama mucho más amplia de puntos de vista
ideológicos. Desde el discurso revolucionario de
los presidentes de Venezuela y Bolivia, Hugo Chávez
y Evo Morales hasta el enfoque más pragmático
de la presidenta chilena Michelle Bachelet y del gobernante
brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Lo que está en juego precisamente es la redefinición
de la izquierda latinoamericana -- llegando al poder por
elecciones democráticas y no por la fuerza -- y
tratando de establecer programas sociales para beneficiar
a los pobres sin depender de la retórica antiimperialista.
Algo así como una izquierda modernizada. Bachelet
y Lula son ejemplos de ello así como el presidente
argentino Néstor Kirchner.
Este año los votantes ya han rechazado a dos candidatos
izquierdistas radicales. En Perú Ollanta Humala
perdió frente al ex presidente Alan García.
Y en una reñida y discutida elección en
México Andrés Manuel López Obrador
perdió su demanda para un recuento total de votos.
Reclama que hubo fraude y se rehúsa a reconocer
como ganador a Felipe Calderón.
Mientras tanto en Brasil, Lula da Silva está luchando
por su supervivencia política después de
haber sido obligado a ir a una segunda vuelta al no haber
conseguido los votos necesarios para ganar la elección
en primera vuelta. Enfrentará al candidato conservador
Geraldo Alckmin el 29 de octubre. Los sondeos de opinión
muestran que la mayoría de los brasileños
están dispuestos a darle a Lula una segunda oportunidad.
Una segunda vuelta el 26 de noviembre determinará
también quién gobernará a Ecuador,
un país que ha tenido a ocho presidentes en 11
años. En una elección manchada también
por acusaciones de fraude después de la fallida
votación electrónica, el multimillonario
Álvaro Noboa trata de evitar que alcance la presidencia
Rafael Correa un economista izquierdista cuyo avance político
se ha basado en sus posturas anti-americanas y contra
los partidos tradicionales. Correa propone una revolución
popular parecida a la de su amigo Hugo Chávez.
En Nicaragua, hay buenas posibilidades de que el líder
Sandinista Daniel Ortega retorne al poder. El 60 por ciento
de los nicaragüenses dicen que nunca votarían
por Ortega, sin embargo él logró arreglárselas
para reducir a 35 por ciento el porcentaje necesario para
ganar la presidencia y forjar una alianza con su ex archi-rival,
el ex presidente Arnoldo Alemán, quien sigue controlando
su partido a pesar de estar sirviendo condena por corrupción.
Sus contrincantes más cercanos son el ex ministro
de finanzas Eduardo Montealegre de la Alianza Liberal
Nicaragüense y el oficialista José Rizo.
Ortega dice ser un hombre nuevo, reinventándose
a si mismo políticamente y definiéndose
como un moderado, sin embargo aun es percibido -- dentro
y fuera de Nicaragua -- como un símbolo de la sangrienta
guerra contra los Contras, apoyados por Estados Unidos.
Se cree también que Ortega tiene estrechos vínculos
con Chávez quien podría estar ayudando a
financiar su campaña.
Una de las elecciones más observadas éste
año es precisamente la de Venezuela, programada
para 3 el de diciembre. Hugo Chávez ha sido elegido
democráticamente y ha sido reelegido más
que cualquier otro jefe de estado en el hemisferio, sin
embargo, es percibido como una amenaza para la democracia
por su firme control sobre la mayoría de las instituciones,
sus fuertes ataques contra Estados Unidos y sus alianzas
con casi todos los enemigos de éste país.
A pesar de la subida en las encuestas del candidato de
la oposición, Manuel Rosales, se espera que Chávez
gane fácilmente la re-elección para seguir
sus esfuerzos de llegar a ser el líder de las fuerzas
anti-americanas en el mundo.
Hay que estar pendientes. En las próximas semanas
votantes latinoamericanos decidirán si un paso
hacia la izquierda es un paso en la dirección correcta.
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